Shevek, un extraordinario físico, habitante de Anarres, emprende un viaje hacia Urras, un planeta del que sus antepasados salieron hace más de 160 años atrás. Shevek realiza este viaje para crear bajo la tutela del gobierno de Urras, la Teoría del Campo General en la física del tiempo y un dispositivo que permita facilitar la comunicación entre todos los mundos existentes en ese universo.
Anarres, hogar de Shevek, es la luna de Urras. Un mundo desértico y polvoriento, en donde la premisa moral básica es la ayuda mutua y en el cual no existe explotación económica. Fundado por anarquistas, en Anarres no existe gobierno, policía, ni leyes, no existe el sentido de la propiedad privada y no hay dinero circulante. Quienes viven en esta luna no poseen nada, nada más que su propia libertad. Mientras que Urras es un país moderno en donde rige la lógica de la propiedad privada, manda el capital y en donde hay una generosa riqueza natural. Una sociedad de seres desconfiados que atesoran los bienes materiales, el lujo y el poder.
En Los desposeídos (1974), obra de ciencia ficción social, Ursula K. Le Guin nos brinda la posibilidad de vivir en mundo anarquista, y nos presenta las ventajas y desventajas de este sistema, al tiempo en que realiza una fuerte crítica al capitalismo, a los estados que alientan las guerras armamentistas, a la enajenación en que inevitablemente se ve subsumido el ser humano y a la deshumanización inherente del capitalismo.
Ayer fue un día especial ya que finalmente terminé este libro que comencé a leer varios meses atrás. Un libro largo que merece amplio análisis y reflexión, mucho más del que le puedo dedicar en esta reseña.
Lean a esta asombrosa escritora, quien no solo idea un universo paralelo, sino que con absoluta destreza, imagina y diseña escenarios utópicos y nos entrega la posibilidad de vivir en ellos, al menos por unas horas.
”Nosotros no tenemos nada más. Aquí uno ve las joyas, allí uno ve los ojos. Y en los ojos ve el resplandor, el esplendor del espíritu humano. Porque nuestros hombres y mujeres son libres. Y ustedes los poseedores son poseídos. Viven todos en una cárcel. Cada uno a solas».