Leer a Mónica Ojeda me ha provocado un verdadero remezón. Las voladoras (2020) es un libro que te recuerda que en la literatura puede pasar de todo y, siendo absolutamente honesta, debo decir que no he sentido nada parecido a esto con ningún otro libro desde hace mucho tiempo.
El libro de Mónica reúne ocho cuentos distintos y en ellos se topan problemáticas, como: el abuso sexual, la pobreza, el femicidio, el alcoholismo, las perversiones sexuales, el incesto, entre otros.
Todos los cuentos contenidos en este libro son fascinantes, aunque mis favoritos fueron: Sangre coagulada y El mundo de arriba y el mundo de abajo. El primero me recordó: el olor a monte, lo primitivo y salvaje de las zonas rurales, la clandestinidad del aborto, la hipocresía de la sociedad. Es una verdadera genialidad. Mientras que el segundo, espeluznante y de una belleza colosal, me recordó que el tiempo es circular, que hay pérdidas irreparables, que el conocimiento ancestral es inagotable y poderoso, y que las montañas y los nevados son abuelos y maestros de vida.
Que manera tan honesta, transparente, orgánica y visceral de percibir el mundo por parte de esta escritora ecuatoriana. Cuanta violencia, dolor y oscuridad hay en sus historias, cuanta verdad y cuan brillante es su forma de escribir.
Mónica Ojeda es un nuevo y maravilloso descubrimiento literario en mi vida, y esta obra que se considera como gótico andino es un libro que difícilmente olvidaré. Lean a esta genia de mi país, les descolocará la cabeza por unas horas.
«Hay que abrir el cuerpo para ver la belleza de la sangre: matar, devolver a la tierra el tamaño de la raíz sanguínea».
«Es inagotable la pena que un cuerpo es capaz de sostener».
Calificación: 4/5