Camus nos presenta de manera brillante la anatomía de una peste que azota la ciudad de Orán, en Argelia. El autor realiza un fantástico análisis psicológico y sociológico de lo que implica vivir la peste bubónica para los habitantes de Orán, y lo que significa verse sumergidos en la lógica de vivir sitiados por la muerte, la agonía y el temor constante.
Si bien este relato se centra sobremanera en el personaje de Bernard Rieux, un médico local, Camus también integra a la historia a un grupo de sus amigos, conocidos y allegados, hombres que le acompañan durante la peste y que se vuelven sus compañeros.
El escritor francés nos habla de la solidaridad de los hombres, del amor y la necesidad de ternura humana. No obstante, también nos habla de la complejidad de los seres humanos, de los miedos del sujeto moderno, de lo desmembrada que queda la sociedad después de un evento como la peste y, a pesar de ello, de la sociedad que no se transforma enteramente pese a la desgracia.
De principio, me costó engancharme con la lectura, hecho que probablemente se debe a la no muy notable traducción de la edición que conseguí. Sin embargo, después de hallar tantas similitudes en relación a la pandemia que hemos vivido, fue muchísimo más sencillo comprender y sentir empatía con las brillantes reflexiones del autor.
Pienso que los mejores escritores tienen que poseer necesariamente una notable compresión de la naturaleza del ser humano. Camus era, sin lugar a dudas, uno de aquellos.
«La peste había quitado a todos la posibilidad de amor e incluso de amistad».
«A mí edad es uno sincero forzosamente. Mentir cansa mucho».
«Todo lo que el hombre puede ganar al juego de la peste y de la vida es el conocimiento y el recuerdo».
«Todos alrededor de él parecían creer que la peste puede llegar y marcharse sin que cambie el corazón de los hombres».
Calificación: 4/5