Encontré este librito en la antigua biblioteca de mi padre, ejemplar que se ha tornado un tanto amarillento conforme el paso del tiempo. Me sentí dichosa al hallarlo porque «La hojarasca» (1955) es uno de aquellos escritos del Gabo que me faltaba por leer.
Esta historia se desarrolla de forma paralela a la de Aureliano Buendía, en su natal Macondo. De hecho, es la obra en la cual se introduce por vez primera al famoso estadio de «Cien años de soledad».
Cada página de «La hojarasca» te transporta a la génesis de la vida, a ese acontecer de los pueblos pequeños en donde todos se conocen y en los cuales las historias se entretejen de manera común. Todo inicia con la muerte de un doctor, un foráneo que se asentó en esas tierras olvidadas y a quien todos sus coterráneos terminaron por despreciar.
Siempre es un placer leer al Gabo. Quisiera que su literatura fuese inagotable, aunque de alguna forma lo es.
Si aún no lo han hecho, les recomiendo leer esta novela corta y excepcionalmente bella.
«Todo esto pasará cuando nos acostumbremos a la hojarasca».
Calificación: 5/5