Aleksy, el protagonista de esta historia, nos cuenta en primera persona su historia, el papel que tuvo su familia en ella y, en especial, el rol que cumplió su madre, desde su más tierna infancia hasta la adultez. Historia en la que somos testigos de la posibilidad sanadora del perdón y la oportunidad de levantarse frente a los sufrimientos más indecibles.
Disfruté mucho de este libro, pese a la dura temática que aborda. Un libro sin pretensiones, en el cual se utiliza un lenguaje sencillo y universal, y el que en más de una ocasión puede conmoverte hasta las lágrimas.
Recomiendo este libro para quienes busquen empaparse de temáticas, como: las familias disfuncionales, la perdida de seres queridos, las dependencias narcóticas, las enfermedades psíquicas, la posibilidad sanadora del arte, entre otras.
Esta brillante autora me ha conmovido, de ahí que la recomiendo en caso de que estén buscando una lectura en la que la naturaleza humana se describe de modo muy particular, y una que probablemente los lleve a necesitar un pañuelo para las lágrimas.
«Si la muerte tuviera en cuenta la opinión de los demás, moriría mucha más gente adecuada».
«Porque, en lugar de todos sus sueños, la muerte es lo más probable que va a sucederle a un individuo. De hecho, lo único que le va a suceder con toda certeza».
«A mi paso, en lugar de huellas, quedaban tan solo unas pequeñas hendiduras llenas de nada, y la gente ni siquiera se fijaba en esas huellas porque no puedes fijarte en lo que no se ve».
«Tienes que amar y comprar, no estolas de nutria».