Juan Pablo Castel, un reconocido pintor argentino, asesina a María Iribarne. Esto no es un spoiler. Se sabe de este hecho desde la primera hoja del libro y, a partir de este acontecimiento, se desarrolla en primera persona todo lo que el pintor va viviendo, deduciendo, imaginando y sintiendo.
El túnel (1948) es una historia introspectiva en la cual es posible adentrarse de una manera muy orgánica en el alma del protagonista.
De primera mano nos enfrentamos a un solitario, culto, autodestructivo, visceral, celópata y complejísimo hombre ante su desmedida y perniciosa obsesión por María. No se puede desdeñar que Juan Pablo era un tipo muy lógico. Podía llegar a unas conclusiones muy congruentes cuando se planteaba una duda. El análisis que hacía de cada una de los asuntos que le inquietaban es una de los aspectos más interesantes de la obra.
Este libro incomoda, perturba, es intenso, ácido y oscuro. Y creo que allí radica su riqueza universal y su mérito, pues sin llegar a sentir empatía por el protagonista logré adentrarme en su mente, en su dolor, en su absoluta solitariedad, en su túnel, sin siquiera percibirlo.
Este libro me recordó, de alguna manera, a la locura de Mitia, de Los hermanos Karamazov, por Grushenka.
Si han disfrutado de este imperdible de la literatura, me gustaría saber qué piensan sobre él.
«La humanidad me pareció siempre detestable».
«Y de ese terror fue naciendo y creciendo una modestia como solo pueden tener los seres que no pueden elegir».
Calificación: 4.75/5