Varias veces vi publicaciones relativas a este libro y vi la foto de su portada en algunos blogs en los cuales recomendaban su lectura, sin embargo, nunca leí las reseñas concernientes a él. Es decir, me lancé a su lectura sin siquiera conocer nada sobre su trama o su autora.
Ahora que lo he leído puedo decir que he disfrutado ampliamente esta novela que tiene a la Revolución Mexicana como telón de fondo y que presenta una multiplicidad de personajes: terratenientes, campesinos, mujeres de clase alta, sirvientas, niños acomodados y seres de otro mundo.
Desde sus primeras páginas, me sentí en una novela de realismo mágico, en el Macondo del Gabo, pues a todas luces el personaje principal de la novela, Simonopio, tan sobrenatural y extraordinario, mantiene una relación fascinante con la naturaleza y con sus amigas las abejas, y hace que toda la novela adquiera su magia.
Segovia nos ofrece la oportunidad de internarnos en el universo simbólico, psíquico de este niño particular. Además, nos permite entender de forma sensible la posición de quienes detentan la tenencia la tierra, así como la de aquellos que históricamente nunca la han poseído. Los conflictos entre terratenientes y el campesinado, la Reforma Agraria mexicana y la pandemia de la influenza española en el mencionado país son algunos de los eventos históricos que esta novela recorre de forma muy bien narrada.
La novela me sacó unas lágrimas. Es imposible no sentir empatía con la suerte de Francisco, Beatriz y de Francisco chico. Sin embargo, y de forma innegable, uno también entiende el conflicto de los campesinos, sus penurias y añoranzas en relación a la tenencia legítima de la tierra y a la posibilidad de la emancipación de los patrones.
Un libro muy recomendable si buscan entretenerse con una novela de ficción que les llevará a conocer más sobre la historia mexicana.
«En su mundo una nunca dejaba a los padres atrás, aunque los padres la dejaran a una».
«De los muertos siempre se debe decir lo mejor».
«La vida no espera a nadie y la muerte nos lleva a todos».
«La vida no da garantías. A nadie. No espera a nadie. No tiene consideraciones con nadie.
Calificación: 3.5/5